La razón de todo:

No era Pato Laguna ni Álvaro Casanova. Tampoco Marcial del Río ni Manuel Campos. Y, para ser francos, tampoco se asemejaba al estereotipo de modelo top que uno acostumbra a ver en las pasarelas.
Pero para Luis Pinto, el rancagüino de metro sesenta y algo, que soportó estoico el odioso ninguneo de Rodrigo Orihuela (uno de los maniquí top de Argentina) en el último “Cara y sello”, eso sólo es un pelo de la cola. Su sueño de convertirse en modelo de alta costura -asegura- está a la vuelta de la esquina. “Modelar es lo que yo hago. Es mi cuento y mi don”, dice convencido y con la frente en alto. Como si su cara a cara con el trasandino no hubiera dejado huella en él.
Pinto, junto a un equipo del programa, viajó especialmente a Buenos Aires a conocer y ver en terreno el desempeño de Orihuela. Pero éste se burló del chileno sacándole en cara su extenso currículo y su profesional book de fotografías, mientras “Luchito” desempolvaba unos viejos retratos familiares en que aparecía mirando al infinito y con un fulminante rostro matador.
Parecía gracioso el parangón. Pero a algunos de sus colegas nacionales el “Cara y sello” del martes no les hizo ningún chiste. “Lo encontré una burla tremenda”, dice Pato Laguna. “Me llegó a dar lata verlo. Pero Luis es un tipo empeñoso y yo valoro que no se haya achicado ante el argentino nunca. Pero fueron súper despectivos en el programa y quisieron jugar con su ilusión”, agrega.
Bernardo Borgeat, uno de los primeros modelos argentinos en asentarse en nuestro país, cuenta que la comparación entre Pinto y Orihuela era como enfrentar a un Fiat 600 ante un Ferrari último modelo. “No hacía falta llevar a Luis a Argentina y compararlo con un top de allá. Fue muchísimo, era demasiada la diferencia. Ya comparándolo con cualquier modelo de Santiago lo hacían mierda”, dice.
Y la cadena solidaria gremial suma y sigue. Manuel Campos, por ejemplo, aún no sale de su asombro. “Fue denigrado, ya imagino lo que sintió”, comenta. “Es casi de circense lo que hicieron con él. ¿Por qué no llevan a un modelo conocido de Santiago y lo contrastan con uno así? Querían que le gente se riera. Ojalá que le hayan pagado buena plata y que haya valido la pena”, dice el maniquí, mientras Arturo Longton (ilustre modelo ocasional) masculla su rabia contra el espacio.
“Fue una manipulación muy mala onda. ¿Por qué no pusieron a competir a un profesional de verdad con el argentino? Fue humillante, una burla. Al principio me dio risa, pero después mucha pena”, cuenta el ex modelo antes de recomendarle al aspirante chileno a las pasarelas cambiar de rubro. “Está en el camino equivocado. No tiene buena cara ni físico ni estatura. Nada”. Lapidario.Se la juega
Pero Luis Pinto anda feliz de la vida convertido en una pequeña celebridad. Ayer viajó a Santiago desde su Rancagua natal y ya en el bus la gente le pedía autógrafos y le gritaba cosas. Ahora se siente cada vez más cerca del sueño de tener su propia academia de modelos y triunfar en las pasarelas.
“Lo que yo hago es serio, no para la risa. Esto es lo que quiero y sueño con llegar a ser un profesional. Estoy convencido que lo voy a lograr”, dice el muchacho de 30 años que no ha parado de agradecer a la producción de “Cara y sello” la oportunidad de aparecer en televisión. Aunque sea en estas condiciones.
“Uno no hace el ridículo cuando tiene las ganas de salir adelante. Sabía que me iban a poner encima a un top, pero por algo acepté hacer el reportaje. Me siento apto para ser modelo”, agrega el hombre que de Rodrigo Orihuela, su colega trasandino, sólo guarda buenos recuerdos.
“Me defendí con garra, a la chilena. No podía dejar mal a mi país, y el argentino era agrandado. Pero no cualquier persona me tira para abajo. Al final él era una buena persona. Me dijo que lo tomara como profesional, se disculpó por si me había tratado mal y me felicitó por mi perseverancia”, precisa con orgullo.
Eduardo Gutiérrez, productor del programa, dice que la idea de su espacio está lejos de querer reírse de la gente. “Han llamado algunas personas para hacer sus alcances y reparos al reportaje. Pero esto es televisión, es un reportaje y puede gustarte o no. Pero el motivo de hacerlo tiene razón válida en que es un chileno que se la juega y está dispuesto a todo con tal de alcanzar su sueño”, dice.
-¿Y entonces por qué no lo compararon con un modelo de su estrato?
-Mmm… eso ya responde a otro tema. No es el punto.
Luis seguirá modelando, como todas las semanas, en el EXTECU (Extensión cultural de El Teniente) de Rancagua. Pero no hay nada que pueda aplacar la gran pena con la que carga: Tiene un hijo de ocho años que no ve desde hace siete. “Es un sufrimiento grande. Pero voy a salir adelante”, dice como si la suya fuera una consigna.
En cualquier caso, Pinto tiene una teoría con la que avala su método. “La gente está pegada en el rubio argentino grande y musculoso. Tiene esa visión. Pero creo tener talento necesario y me siento apto para seguir trabajando”, finaliza.